Una de las principales razones por la que la gente deja su trabajo es por la forma de comunicarse de su manager. Imagina empresas formadas en CNV, Comunicación no violenta…
«¿Por qué estoy hablando contigo?» – ¿Alguna vez te hiciste esa pregunta? Estoy segura de que sí. Muy probablemente te lo preguntaste mientras estabas en un conflicto con alguien, y te sentías como si estuvieras hablando a la pared. Pues imagina ahora personas y empresas formadas en CNV ¿como cambiaría?
Pero en serio, ¿por qué estamos hablando entre nosotros? Todos los seres vivos se comunican de alguna manera. Ballenas, murciélagos, ratones, incluso árboles, pero somos la única especie que usa palabras concretas. Pero no sólo eso, usamos estas palabras en unos 7000 idiomas diferentes en todo el mundo. ¿No te parece una locura?
Y no para ahí porque, además de la comunicación verbal, tenemos la comunicación escrita, la comunicación paraverbal, la comunicación no verbal. Entonces, ¿Cuántos idiomas hablas? Parece que al menos cuatro, ¿verdad? Creo que llegó tu hora de actualizar el currículum.
La comunicación es omnipresente
Todo lo que hacemos es comunicarnos con nuestras voces, letras escritas, nuestro cuerpo, y algunos sonidos o mímicas graciosas que hacemos inconscientemente. Básicamente somos un tablero de mensajes que vive y respira. Así que, si nos comunicamos las 24 horas del día, ¿por qué la mayoría de nosotros presta tan poca atención a la forma en que nos comunicamos?
Una razón podría ser porque somos comunicadores natos (al menos eso es lo que creemos), y pensamos que es como andar en bicicleta – una vez que lo has aprendido, puedes hacerlo básicamente «mientras duermes».
Otra razón podría ser que nadie nos hizo conscientes de nuestra comunicación. No había clases de comunicación en la escuela y normalmente tampoco en la universidad.
El otro día hablé con una amiga que es abogada, y me dijo que todo lo que aprendió en la universidad fue derecho. Pero ¿puedes imaginarte a un/a abogad@ exitos@ sin habilidades de comunicación? ¿Cómo puedes convencer a un jurado sin dar argumentos poderosos, usando storytelling, el neurowording y un lenguaje corporal que irradia confianza en sí mism@ y además autoridad?
Ahora a lo mejor piensas: Pero no soy abogad@… Está bien. No importa la profesión que ejerzas, porque cuando mires más de cerca tu vida, verás que independientemente de tu profesión, tienes que convencer a otras personas todo el tiempo. Pueden ser clientes, tu jefe, tu pareja, tus hijos, o incluso tu perro. Si no sabes cómo transmitir un mensaje e influir en el comportamiento de los demás cuando sea necesario, tu vida será un gran desafío.
Por un momento, imagina personas y empresas formadas en CNV, y empieza a visualizar como todo camabiaría
Existen innumerables formas de comunicarse
Métodos para estudiar en abundancia y muchos expertos de comunicación de los que podemos aprender. Uno de ellos es Marshall Rosenberg, un psicólogo americano, y creador de la Comunicación No Violenta (CNV). Para no confundirnos, no estamos hablando de violencia física, sino de violencia a través de las palabras. Dichas palabras podrían resultar en daño o sufrimiento – para ti y para otros. Por eso podemos también llamarlo Comunicación Compasiva porque el hilo rojo de la CNV es la empatía.
Vamos a ello. La CNV es simple pero no siempre es fácil. Así que, si queremos convertirnos en comunicadores no violentos, tenemos que volver a aprender nuestra forma de comunicarnos. Porque, consciente e inconscientemente, usamos mucha comunicación violenta básicamente a diario.
¿De qué estoy hablando? Te comparto un ejemplo para hacer la CNV un poco mas tangible: Imagina que estás en una reunión que está a punto de comenzar, y el único que todavía falta es Carlos. Diez minutos más tarde, Carlos llega, murmura un «lo siento» y se sienta. Sergio echa un vistazo alrededor de la mesa y dice: «Carlos, siempre llegas tarde… Ni siquiera has terminado tu presentación, ¿verdad?»
¿Qué te parece el comentario de Sergio? No es agradable, pero Carlos probablemente se lo merece, ¿verdad? Bueno, este fue un perfecto ejemplo de comunicación violenta, usando la exageración («siempre») y una alegación (dudando de la presentación finalizada). Ojalá que Sergio se sienta mejor ahora que dio aire a su ira, pero lo dudo. Por otro lado, Carlos probablemente se siente ridiculizado, incompetente y frustrado.
¿Cómo pudo Sergio manejar la misma situación usando CNV?
Aquí es donde comienza lo bueno utilizando los cuatro pasos de la CNV.
Paso I – Observar sin evaluar: No etiquetes el comportamiento con exageraciones como «siempre, nunca, cuando sea, etc.» y en su lugar trata de describir la situación libre de emociones. Algo como: «He notado que en las reuniones que compartimos, no llegas a la hora acordada.»
Paso II – Identificar y expresar sentimientos: ¿Cómo se siente realmente Sergio por la tardanza de Carlos? La empatía hacia uno mismo es vital aquí. ¿Está molesto? ¿Enfadado? Vamos a ser un poco más específicos. Sergio podría decir: «Me siento poco apreciado y decepcionado cuando llegas tarde.»
Lo que me lleva a mi siguiente punto: El sonido hace la música. A menudo no se trata realmente de QUÉ decimos, sino de CÓMO lo decimos. Y dependiendo de nuestras habilidades en la entrega de mensajes, podemos medir nuestro éxito en base al resultado. Especialmente en un escenario profesional, el COMO puede ser tanto una encrucijada entre una carrera próspera y un cubículo junto a los baños.
Paso III: Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos: Esto le da a Sergio la oportunidad de conectarse con sus necesidades. Porque cuando sentimos emociones, las sentimos por una razón; una necesidad insatisfecha. En este caso, la puntualidad. Así que dejemos que Sergio comparta su necesidad: «He reservado tiempo para esta reunión, y debido a mi apretada agenda, la puntualidad es una prioridad para mí.»
Paso IV: Formular peticiones conscientes: Es esencial ser consciente de la diferencia entre una petición y una demanda. Sergio no quiere forzar a Carlos a cambiar porque eso sólo resultaría en que Carlos se cierra, negando cualquier tipo de «petición». La empatía hacia la otra persona hace toda la diferencia en este paso. Elabora tu petición con cuidado, como Sergio podría: «La próxima vez, ¿estarías dispuesto a llegar puntual, porque valoro mi tiempo y el de los demás?»
¿Ves? Un escenario completamente diferente, ¿verdad? Pues imagina ahora como podría cambiar la vida diaria en las empresas si estuvieran formadas en CNV…
Comparemos las dos versiones:
Versión 1: «Carlos, siempre llegas tarde… Ni siquiera has terminado tu presentación, ¿verdad?»
Versión 2: «He notado que en las reuniones que compartimos, no llegas a la hora acordada. Me siento poco apreciado y decepcionado cuando llegas tarde. He reservado tiempo para esta reunión, y debido a mi apretada agenda, la puntualidad es una prioridad para mí. La próxima vez, ¿estarías dispuesto a llegar puntual, porque valoro mi tiempo y el de los demás?»
Si fueras Carlos, ¿Cuál de las dos versiones preferirías? Estoy bastante segura de que elegirías la número dos, y déjame compartir contigo el por qué:
Todos somos seres emocionales, con defectos, inseguridades y la necesidad de ser aceptados por los demás. Cuando nos sentimos expuestos, humillados, criticados o confrontados, entramos en la «respuesta de lucha o huida» porque nuestro cerebro interpreta la situación como peligrosa para nuestra supervivencia.
El cerebro no ha cambiado mucho en los últimos 100 a 200 miles de años. Así que el miedo a ser expulsado del grupo, significó el equivalente a una pena de muerte, y por eso sigue siendo una grave amenaza para nuestro cerebro hasta el día de hoy. Entonces, ¿Qué sucede en la «respuesta de lucha o huida»? La amígdala inhabilita los lóbulos frontales, y no podemos pensar con claridad, tomar decisiones racionales, ni controlar nuestras respuestas. En otras palabras, nos bloqueamos. Y esperar resolver este conflicto entre los dos tranquilamente mientras Carlos está en este estado, pues es muy poco probable.
Y es por eso que la CNV es tan poderosa
No sólo salva a Carlos de la humillación pública, sino que le da la oportunidad de entender la posición de Sergio sin ser atacado. Y además, si alguien hace una petición, explicando sus razones, es mucho más probable que la otra persona esté dispuesta a dar su mejor la próxima vez, porque entiende de dónde viene la otra. El enfoque compasivo funciona para ambas partes, y los resultados hablarán por sí mismos.
Después de esta breve introducción a la Comunicación No Violenta, ¿crees que es una mala idea prestar más atención a nuestra comunicación?
Imagina los cambios que podría crear en nuestra vida diaria. Piensa en el trabajo. (Como sabemos, una de las razones principales por las que la gente deja su trabajo es por su manager). Si tu manager o «el jefe del departamento de finanzas» conociera la CNV, ¿no crees que la comunicación interpersonal e interdepartamental sería mucho más agradable?
Prevenir los conflictos es mucho más fácil que tener que resolverlos. Y no tienes que ser un/a profesional de la CNV, sólo ser un poco más consciente de tu comunicación y tratar de ser compasiv@ y empátic@ (también hacia ti mism@). La manera en que nos comunicamos entre nosotros es importante, porque como nos conectamos y nos relacionamos con los demás determina si prosperaremos o lucharemos.
¿Y no debería ser el trabajo un lugar donde crecemos, prosperamos y nos encanta estar?
Bajo circunstancias normales, pasamos al menos 40 horas a la semana con nuestros compañeros del trabajo, lo que probablemente es más tiempo del que pasas con tu familia y amigos. Así que haz que valga la pena. Crea un ambiente acogedor e inclusivo en el trabajo y procura la felicidad donde puedas. En nuestra Comunidad CHO lo tenemos muy claro, porque las culturas corporativas no solamente definen la reputación de las empresas, también pueden predecir el éxito que tendrán a largo plazo.
Porque cuando la gente se siente escuchada y sabe que tiene una voz que sea escuchada, su lealtad, motivación y productividad se disparan. Es lógico, todos somos seres sociales y los lazos con los demás son lo más importante que tenemos (recuerda la edad de piedra, en la que la comunidad era igual a la supervivencia).
¿Y cómo creamos dichos vínculos?
Comunicándonos. Con tu boca, tu cuerpo, tus dedos y tu corazón. Así es como compartimos y desarrollamos ideas brillantes, creamos confianza escuchando activamente, crecemos juntos manejando situaciones difíciles en equipo, y avanzamos hacia un futuro brillante guiados por un/a líder auténtic@ y vulnerable.
Así que de nuevo, «¿por qué estoy hablando contigo?». Supongo que ya sabes la respuesta.
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Autora: Mareike Müller, miembro de la Comunidad CHO by Creantum